11 ene 2016

Vietnam Día 6: Sapa

En las montañas del norte de Vietnam

Después de la noche (si se la puede llamar así) de viaje desde Hanoi a Sapa nos decidimos a salir del autobús e ir en busca de alojamiento en Sapa. No disponemos de planos, ni de referencias de hoteles. A esas horas (no llegan a ser las 6am) y después de poco descanso uno no tiene muy claras las ideas pero...nos cargamos con las mochilas y salimos del bus. Allí nos esperaban multitud de mujeres de una "tribu"... 

La primeras sensación fue de fresquito...un fresquito que todavía no habíamos sentido en Vietnam y que nos sentó de maravilla. A abrigarse un poco!
Tras esquivar y desestimar la ayuda de múltiples mujeres h'mong que acechaban a la salida del bus, conseguimos tirar hacia lo que creemos es el centro de Sapa. Tratando de ver en la Lonely Planet el camino a seguir, tenemos que preguntar porque no tenemos muy claro por donde estamos. Caminamos hasta llegar a un mapa junto a un estanque pero...es tan esquemático que cuesta orientarse en él, y mucho menos saber hacia donde tenemos que seguir (sólo han sido unos 10 minutuos andando). Seguimos en busca de la calle de los hoteles preguntando otra vez, no hay mucha gente por la hora que es. 
Finalmente damos con la calle turística que tiene bastantes hoteles y restaurantes: Fansipan St. 
El pueblo en sí no es demasiado especial hasta lo que hemos visto y parece que tiene bastante turismo. 

Hotel.

Tras preguntar en varios hoteles y llevarnos algún que otro chasco por el estándar que describe la Lonely y la realidad (esto nos ha pasado varias veces ya) a la tercera viene la vencida y al final optamos por uno que nos ofrece una habitación superior (se supone que por ser mejor que el resto, pero creo que en este caso no era por eso si no por la altura de la habitación, 3º sin ascensor). La habitación es amplia y entera de madera. De primeras no parece mal. La cama es amplia y parece cómoda. Las vistas...sencillamente espectaculares. Al valle. Impresionante. Se ve todo el verdor del valle y la lengua de nubes que se adentra en éste. En unos minutos desde la ventana de la habitación no se verá nada del valle! La niebla lo envuelve todo. 

La habitación. Podía estar mejor, pero las vistas...
Volvamos al tema hotel. Se trata del Cat Cat hotel and terrace Café. Como he dicho las vistas eran impresionantes. Al descubrir más en detalle la habitación nos percataremos de que la bañera no cuela y que las toallas y sábanas no están lo limpias que deberían. Bajamos a quejarnos (algo muy recomendable en Vietnam es quejarse cuando no estéis de acuerdo con algo, suele servir de algo). En este caso quejarnos de poco nos sirvió. El hombre de la recepción se pasó nuestra crítica por donde amargan los pepinos y de cambiarnos las sábanas y toallas por otras más limpias, nada. Presupongo que el resto de sábanas y toallas iban a estar en similar estado. Aún así la habitación es muy grande y nos vendrá bien para descansar...mejor que dormir en un autobús cualquier cosa! Así que positividad y vamos a por Sapa!


La moto y empieza el tour.

Justo en la puerta del hotel alquilamos una moto por 4$ para todo el día (deben ser las 9 o 10 de la mañana aún) y nos vamos encantados a recorrer los alrededores.
Iremos a Silver Waterfall y a Love Waterfall. Están como a 10km y 16km respectivamente pero el ir en moto por esos parajes y esa carretera rural no tiene parangón. Es de esos momentos que te sientes privilegiado (como me ha pasado varias veces en este viaje). 

¡Guapa!

La primera de las cascadas impresiona por la altura y la segunda va acompañada de un paseito de 1km por la naturaleza que además de a la cascada te deja a los pies del monte Phan si Pahn.

Silver Waterfall
El paseo por el bosque es agradable y se pueden observar a simple vista multitud de insectos (langostas modelo Plaga de Egipto, escarabajos enormes, y un tipo de grillo que hacía más ruido que un motor sin engrasar). 


Menudas bestias...

En la segunda cascada se puede acceder hasta su pie aunque el ruido y el agua en suspensión os harán pensarlo un par de veces.  
Love Waterfall
La moto de nuevo habrá que dejarla en una zona con "vigilante" (entiéndase vigilante como un hombrecillo que echa un ojo a las motos que tiene aparcadas en la calle y que cobra por ello). Como dice mi abuela, en pocos miles pocos cientos, y no nos arruinaremos por estas cuotas de aparcamiento (5000D).
Las entradas a las cascadas cuestan, respectivamente, 15000 y 45000D. También asumible.
En lo de alquilar la moto hay que ir sin miedo. En zonas rurales o ciudades no tan grandes como Ho Chi Minh o Ha Noi, además de divertido es muy práctico y versátil el tener una moto. Pero hay que tener precaución y andarse con ojo como por ejemplo para no quedarse tirado sin gasolina. 
¿Adivináis qué nos pasó a nosotros? Que nos quedamos tirados sin gasolina! Todavía me hace gracia pensarlo. Al parecer la aguja del combustible no funcionaba demasiado bien y teníamos mucha menos gasolina de la que creíamos. Entre eso, y lo poco que pudimos entender al hombre del alquiler, nos quedamos tirados a los 3km en una cuesta arriba, ya bien salidos del pueblo. Lo primero que pensé es que la moto había muerto, pero ya dedujimos que tenía que ser la gasofa. Estuvimos indagando un rato para ver cómo abrir el depósito. Finalmente y unos metros más arriba (empujando la moto, claro) había una señora con unos pollos, perros y patos pero sin surtidor, que nos vendió un botella de Coca Cola de n-ésima mano, pero rellena de hidrocarburo. Salvados! Nos la cobró a precio de Suiza :) pero con 2 litros sería suficiente para la mañana. A 30000D el litro después descubriríamos que en gasolineras normales se paga a 18000D...
Después de reir la anécdota seguimos hacia la cascada.

Entrada a Boxes

Por el camino vimos a unos chicos vietnamitas turistas que les había pasado lo mismo. Pringaos! :D

Continuando por el valle de Sapa.

Nuestro periplo continuó casi hasta la frontera con China.
También pudimos ver un funeral, que en principio pensamos que era una subasta o algún tipo de fiesta autóctona pues todos los hombres llevaban un pañuelo blanco atado en la frente. Pudimos comprobar al ver los llantos de la viuda que no era ninguna fiesta...o si lo era, de despedida.
Optamos por comer en Sapa pueblo. No fue tan fácil encontrar un sitio autóctono pues Sapa es casi como el típico pueblo de estación de esquí, sin mucho encanto, y algo más caro que otras partes turísticas del país. Recalamos en Naturview Restaurant (pegado al hotel), que habíamos leido tener buena crítica y mejores vistas. Cerdo con salsa de miel y chile y tallarines con pollo y verduras nos sirvieron para reponer fuerzas (75000D+65000D). Recomendable y buen trato. Buena opción.
Ya saciado nuestro apetito proseguimos la ruta, esta vez en busca de las etnias H'mong y Dzao rojos: en Ta Phin. Esta zona se encuentra unos 12 km de Sapa y por unos caminos de grava (ya ni carreteras) con unas pendientes bastantes pronunciadas (que hacían que la Yamaha de 110cc no pudiera con los dos). Los paisajes rurales entre arrozales y campesinos autóctonos trabajando las tierras era impresionante. 




El pueblo al que nos dirigíamos, donde se encontraba dicha etnia, se nos hizo bastante lejano. La hora de atardecer se nos echaba encima y por ello nos quedamos a nada de llegar pues no queríamos recorrer esos caminos de noche... pero lo que vimos por el camino nos pareció más que suficiente y de hecho fue una parte inolvidable del viaje a Vietnam. Los espectaculares paisajes, las infra-viviendas, las etnias, los niños correteando al lado de la moto, búfalos de agua, cerdos vietnamitas que sortear, y de vez en cuando algún camión de distribución que nos hacía temer por nuestra integridad.




Se nos encogió el corazón al ver las condiciones de vida que tienen. ¿Dónde está su evolución? No se si sus antepasados tendrían unas condiciones muy distintas de las actuales, a excepción de los móviles y alguna moto más moderna... Los niños, por primera vez en el viaje nos piden "one dollar" al vernos.
Y la vida de esta gente... ¿consistirá en cultivar los arrozales día sí y día también, en unas condiciones durísimas de trabajo, para dar 3 cosechas anuales? Ya sabemos la respuesta.
Aún así por el camino se pueden ver invernaderos...¿qué será lo que cultivan? Tal vez flores...
Recogida

Tras el paso por el Mekong y Sapa uno se queda pensativo por el hecho de la deforestación en pro de los arrozales. A la vuelta pude leer artículos de estudios internacionales de cómo afecta la explotación agraria a un país que cede espacios naturales en favor de cultivos con el consecuente daño al entorno. Sorprende leer sobre el Mekong al respecto. Os animo a que busquéis por la red y os percatéis de la dura realidad del país y los arrozales. Por no hablar de los pesticidas y agentes químicos que siguen empleando, descatalogados en Europa desde hace más de 30 años...

El mercado de Sapa.

De vuelta a Sapa paramos en el mercado. Es una maravilla poder acceder a la compra (previo regateo) de todos los productos recién recolectados Había de todo, frutas, verduras, carnes (perro incluído), pescados, gusanos, carne de búfalo ahumada, peces vivos, sapos, incluso unas cigalas de patas largas y azules de agua dulce... con un montón de especies desconocidas para los occidentales. Olores a hierbas aromáticas o a pescados, carne y vísceras. Juego de colores-olores de muy amplio espectro. Tras arduas negociaciones conseguimos adquirir unos plátanos y un mango, que para variar, estaban deliciosos.

Realmente es algo que se vende...


Valiosa fuente de proteína

Cena y fin de sesión.

Después de todo el día en danza, volvimos al hotel sanos y salvos. Devolución de moto y a refrescarse y descansar un poco.
Cenamos en un sitio de una calle con múltiples ristoranes, frente a un par de italianos. Cerdo asado con salsa bbq y calamares con verduras. No estuvo mal. 
Durante la cena empezó a lloviznar. Decidimos entonces que ya habíamos visto bastante de Sapa y que no íbamos a requerir hacer un trekking de un día, de la mano de una autóctona y recorriendo buenos barrizales, para ver más de lo mismo, especialmente si el tiempo no acompañaba demasiado (la lluvia era muy probable). Así que el cambio lo ejecutamos inmediatamente, compramos billetes de vuelta a Hanoi, esta vez en bus litera pero diurno. 
Después de un día bastante largo y cargado de recuerdos y anécdotas...a dormir!

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